ALGUNOS CONSEJOS A LA HORA DE TRABAJAR CON PROFESIONALES DEL COMPORTAMIENTO CANINO

Normalmente, cuando un profesional del comportamiento canino trata a tu perro, marcará una serie de pautas tras evaluar el problema de comportamiento por el cual lo has llamado. Nadie hace magia con el comportamiento de un perro, y es por ello que para ver resultados es necesario llevar a cabo esas pautas a rajatabla. A veces los resultados podrás verlos rápido, a veces podrás verlos menos rápido. 
La evolución del caso va a depender de cómo se trabaje con el peludo, de cómo te amoldes a las pautas y, sobre todo, de cómo el perro gestione e interiorice los cambios.


Algunos tratamientos pueden desembocar en fracaso, y son muchas las ocasiones en los que los responsables de los perros que contratan a un profesional se rinden a poco de conseguir mejorar o resolver el problema. Para que esto no ocurra, te damos algunos consejos para cuando recibas la sesión de un profesional y estés trabajando las pautas con tu perro:

- Reusa los métodos basados en miedo o en dolor. A pesar de estar en pleno siglo XXI y de existir cada vez más estudios, artículos científicos y libros que aclaran las consecuencias de utilizar determinadas herramientas y metodologías con perros, aún puedes encontrarte con profesionales que trabajan de manera arcaica, o que no está enfocada a un perro de familia. Rechaza cualquier tipo de manipulación violenta o que cause molestia física o emocional a tu perro, que pueden llegar a empeorar el comportamiento de tu perro o derivar en otros. El bienestar del animal debe estar por encima de todo.

- Tomar anotaciones durante la sesión. Te servirá como guía durante el proceso y podrás consultarlas siempre que quieras. En caso de duda, pregunta al profesional que te asesora. Nunca actúes con el perro si tienes dudas de si lo que hagas va a favorecer o empeorar tu caso.

- Ser reflexivo. Una vez finalizada la sesión, repasar el contenido de la misma y ver qué aspectos de ti mismo debes cambiar (rutinas, lenguaje, actitud con el perro, etc.). Puedes anotarlo para revisarlo cuando necesites. Esto es importante, ya que el cambio que esperas de tu perro, en muchas ocasiones, comienza por un cambio en tu persona y en la forma de comunicarte con él.

- Paciencia y constancia. Sin estas herramientas estarás perdido. Hay casos que pueden tardar hasta años en mejorar o resolverse. El tiempo de trabajo con cada perro puede variar en función de la gestión de los cambios en el perro, el entorno, la paciencia, la constancia y las ganas que tengas de conseguir tus metas. 

- Empezar por cosas pequeñas. Los buenos profesionales te darán una visión general del problema y luego darán instrucciones concretas para cada fase del tratamiento. En ocasiones, se deben realizar demasiados cambios y puede que te agobies con solo pensarlo. Tómatelo con calma. Comienza a hacer pequeños cambios y cada 'x' días introduce un cambio nuevo. El trabajo lo harás más gradual y no te supondrá un esfuerzo enorme.

- Mantener comunicación con el profesional. Esto es importantísimo, puesto que si el profesional está informado semanal o quincenalmente de la evolución del caso, podrá perfilar y ajustar las pautas o, incluso, aconsejarte mejor a la hora de llevarlas a cabo.

- Evitar enfados y negatividad. Esta parte es complicada, sobre todo cuando llega la desesperación, pero debes mantenerte firme con tu mirada puesta en la meta que quieres alcanzar. Los malos modos, los enfados, la contaminación postural y los gritos a menudo estropean el trabajo que llevas realizado. Es preferible que te tomes un respiro y pasado un rato vuelvas a la carga.
- No someter a tu perro a expectativas demasiado altas. La frustración puede hacer que el peludo cometa más fallos o que no realice los ejercicios de la manera correcta. Este matiz también te afecta a ti. Recuerda que para saltar un muro lo más sencillo es hacerlo con una escalera, peldaño a peldaño.

Ten en cuenta, también, que existen perros que ofrecen mayor facilidad que otros a la hora de trabajar con ellos. No tiene mucho sentido comparar al perro del vecino que "se porta muy bien y se hace mucho caso" con el tuyo. Cada perro es un mundo, amóldate a él y el trabajo se hará más sencillo.

Si aún llevando estos consejos a la práctica, no surten efecto las pautas, contacta con el profesional que trata tu caso, explícale todo y trata de buscar solución para poder seguir trabajando y mejorando la relación con tu perro.

Esperamos que estos consejos te sean de ayuda.

Laly R. Lobo 
Andrés Montero

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